La cirugía de mentón, también conocida como mentoplastia, es un procedimiento que tiene como objetivo disminuir, aumentar o corregir la forma del mentón para obtener un rostro más armónico y simétrico.

Esta cirugía puede realizarse por sí sola o combinada con otros procedimientos del rostro como podría ser la rinoplastia o liposucción de papada. La mentoplastia puede lograr cambios significativos en el balance del rostro y el perfil, aunque también puede ser utilizado en casos de reconstrucción tras algún traumatismo o incluso para corregir determinadas malformaciones.

¿En qué consiste?

La cirugía de mentón puede realizarse con dos objetivos: para reducir o para aumentar el mentón. En ambos casos se realizará la intervención quirúrgica bajo anestesia local y se utilizarán técnicas y metodologías diferentes dependiendo del tipo de mentoplastia que se estará realizando.

Mentoplastia de aumento

La cirugía de aumento se utiliza cuando se quiere incrementar el tamaño de un mentón pequeño. Las personas que comúnmente eligen este tipo de procedimiento son aquellas que tienen un mentón reducido, un fenómeno que es conocido como microgenia.

En este caso, se tendrán tres posibles métodos que el cirujano podría elegir utilizar:

• Prótesis de silicona: este procedimiento se utilizará cuando el aumento que se desea no es tan pronunciado.
• Osteotomías: el aumento en este caso deberá ser más significativo. En este método se utilizará una porción de hueso para colocarla en una posición determinada y posteriormente fijarla con placas y tornillos de titanio.
• Lipoestructura: aquí se utilizará la propia grasa del paciente, extraída de otras zonas, para inyectarla en el mentón y conseguir el resultado deseado.

Mentoplastia de reducción

La cirugía de reducción se realizará para corregir un mentón prominente. Esta intervención se realiza a través de una incisión intraoral, con dos posibilidades:

• Lijado o frescado del hueso.
• Osteotomía para acortar o hacer más estrecho el hueso.

Resultados

Los resultados empezarán a observarse en cuanto la inflamación comience a disminuir, aproximadamente a los 8 a 10 días posteriores a la intervención.

Debido a esta misma inflamación es posible que el o la paciente pierdan un poco de sensibilidad en la zona temporalmente. La inflamación disminuirá por completo aproximadamente en un mes, momento en el cual podrá apreciarse el resultado final.

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